¿Por qué es importante la oración diaria?
La respuesta a esta interrogante es muy sencilla, para los seguidores de Jesus, la oración constituye la mejor forma de comunicarse con Dios, es considerada el medio a través del cual se establece un diálogo a diario con nuestro creador, de tal manera, que la importancia de la comunicación diaria a través de la oración no puede sobreestimarse.
Orar es un acto de tanta importancia que se menciona más de 250 veces en las escrituras, además, la oración diaria y de cada mañana nos da la oportunidad de compartir con Dios todos los aspectos relevantes o no de nuestra vida, en segundo lugar nos da la posibilidad de agradecer a Dios por todo lo que nos provee, nos proporciona una plataforma para confesar nuestros pecados.
La oración diaria no es más que un acto de obediencia y oración, siendo también una forma de reconocer en manos de quien ponemos nuestra vida. Además de lo mencionado, te explicaremos mejor algunas de las razones ya mencionadas por las cuales orar diariamente es muy importante.
Razones por las que debe orarse diariamente
Podemos agradecer lo que Dios nos provee
Es vital que cada día le demos gracias a Dios por todas las cosas que nos provee y por todos aquellos actos que lleva a cabo por nosotros y que mejor forma de hacerlo que a través de la oración, reconociendo su fidelidad y la abundancia de sus provisiones en nuestra vida.
Podemos confesar nuestros pecados
La realidad es que todos somos pecadores y en muchas ocasiones llegamos a pecar y no nos damos cuenta, así como seguidores fieles de Jesucristo debemos declararle nuestros pecados, aunque él ya los conozca, por ello el tiempo de oración diario es un buen momento para desahogarte de los efectos catastróficos del pecado y lo más recomendable es pedir perdón humildemente y en oración.
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Es un acto de desobediencia y adoración
La oración es considerada de esta manera porque según los escritos en la Biblia, la voluntad de Dios con sus hijos es que se regocijen en él, que le dan las gracias y se comuniquen con él a través de la oración, por esa razón, debemos hacer de la oración un hábito diario y nunca hay que dejar de hacerlo.
La oración también se considera un acto de adoración porque cada vez que oramos le mostramos a nuestro creador cuanto lo adoramos y es un acto de obediencia porque permite que Dios sienta gozo al ver a cada de sus hijos seguir todos sus mandamientos.