Para qué se utiliza el salmo 23
Siendo el salmo 23 uno de los favoritos por miles de creyentes alrededor del mundo, resulta preciso tomarse un momento para hacer unas cuantas precisiones respecto tanto a su uso como a su significado, pues recordemos que los salmos más que melodiosas oraciones corresponden a medios que precisan de verdadera comprensión para que realmente puedan cumplir con su verdadera labor, la cual no es otra que ayudar a las personas en variados y específicos momentos de la vida.
Ahora bien, al tratarse de plegarias en forma de verso y que corresponden a una especie de síntesis del antiguo testamento, es totalmente importante que su interpretación no sea tomada a la ligera pues de esta manera encontrar su aplicabilidad al diario vivir será un proceso mucho más acertado. Por tanto, veamos más detalladamente todo lo que el salmo 23 tiene guardado para quien desee honestamente encontrar respuestas a través de el.
Salmo 23, El señor es mi pastor
Dentro las 150 oraciones diferentes que hacen parte del libro de los salmos, la plegaria que nos ocupa es una de las más tradicionales y recordadas por su claro mensaje que reconforta e inspira a seguir confiando en la eterna bondad de Dios Padre. Cada una de las palabras que dan lugar a sus versos disponen del poder requerido para calmar el sufrimiento de todo aquel que se siente perdido, desesperado y sin fuerzas para continuar.
Reflexionando a partir de El señor es mi pastor, nada me falta; es posible encontrar ayuda en los momentos difíciles, además de esas respuestas que tanto anhelamos obtener de la Divina Providencia. Por lo anterior, para que este bello himno desencadene un efecto positivo en ti, es fundamental no solo leerlo sino también interiorizarlo, pues estas palabras te llevarán poco a poco nuevamente al encuentro con el pastor, quien no es otro que Dios.
Recomendaciones para entender el salmo 23
Luego de su correspondiente lectura, lo ideal es destinar un rato para definir y establecer todas las implicaciones para tu diario vivir que se manifiestan en cada una de sus frases. Así por ejemplo, aquella parte donde dice «No temeré mal alguno» podría ser justamente lo que requieres escuchar y ante todo creer para superar aquello que te roba la calma.
La sabiduría del texto es incuestionable, por lo mismo debes revisarlo de manera profunda para que realmente este salmo pueda convertirse en aquel recurso que desde el amor y la fe te ayuda a recordar la infinita bondad y misericordia de Dios.