¿En cuantas partes se divide el credo?
Al ser la oración que contiene las grandes verdades de la fe católica, el credo es ciertamente una plegaria que afirma la naturaleza de Dios y que por lo mismo comparte sus promesas. Se trata entonces de un eje y símbolo de fe que por norma general se recita durante la liturgia, siendo el credo de los apóstoles el usado actualmente ya que es un poco más breve que el credo de Nicea-Constantinopla.
A pesar de existir dos versiones de este maravilloso himno aceptadas por las iglesias cristianas, es posible resolver la incognita respecto a en cuantas partes se divide el credo debido a que las variaciones entre el credo corto y el largo se apegan más que nada al lenguaje empleado. Tal y como se muestra en https://www.elcredo.org esta declaración manifiesta a pleno la Divinidad Trinitaria, pero esto lo veremos con más detalle a continuación.
Partes en las que se divide el credo
- El Padre y su obra creadora: esta afirmación inicial apunta al reconocimiento de un solo Dios como creador del mundo y como núcleo central. Por tanto la invitación es a recordarlo como un Padre vivo, compasivo y fiel a sus promesas.
- Jesucristo como hijo de Dios: a causa del infinito amor de Dios a los hombres su único hijo fue enviado a la tierra siendo engendrado de manera particular por obra y gracia del Espíritu Santo, esto con el fin de salvarnos del pecado y de enseñarnos el misterio del perdón.
- El Espíritu Santo y nuestra santificación: para entrar en contacto con Jesucristo es fundamental acceder previamente a una relación con el Espíritu Santo ya que de Él es que proviene el conocimiento de la fe, no podríamos olvidar sus dones tal y como es el caso del agua, el fuego, la unción, nube y luz, mano, sello, dedo y la paloma que nos ayudan a comprenderlo mucho mejor.
Las tres partes del credo
La división citada anteriormente es la que da pie para el establecimiento de un conjunto de doce artículos que son los que nos ayudan a dimensionar mucho mejor todas las verdades que definen al pueblo católico. Estas subdivisiones al respetar la Santísima Trinidad se transforman en constante inspiración para reflexionar sobre el estilo de vida y modo de actuar que debe distinguir a un fiel verdaderamente comprometido con la iglesia y ante todo con el ejemplo que el propio Cristo se encargó de instituir antes de regresar al lado de su Padre.