El uso de los signos de admiración
Entre los signos dobles que hacen parte del idioma español, los signos de admiración o exclamación se consolidan como las herramientas que hacen posible indicar que se debe alzar la voz y enfatizar la frase, esto con la intención de revelar alegría, asombro, mandato, súplica, sorpresa…Siendo su uso tanto al inicio como al final del enunciado algo obligatorio, caso contrario a lo que ocurre con otros lenguajes donde solamente se requieren al terminar, vale la pena revisar la manera adecuada de incluirlos en las redacciones y posteriores lecturas.
Considerando que los signos de interrogacion suelen ir muy de la mano con los exclamativos debido a que son ideales para la expresividad, en esta oportunidad nos fijaremos exclusivamente en el uso adecuado de aquellos que al ser de admiración, históricamente llegaron mucho después de los que se emplean para preguntar.
Origen y usos de los signos de admiración
Lo cierto es que antiguamente en el latín, cuando se buscaba demostrar alegría o cualquier otra emoción, era la expresión Io la que se utilizaba, tiempo después fueron los romanos quienes optaron por modificar lo anterior escribiendo la I y con la o en minúscula debajo de esta siendo esta escritura la más cercana a la que hoy conocemos.
Respecto a sus usos lingüísticos, estos se emplean en interjecciones apelativas, expresivas, onomatopeyas y representativas, asimismo para indicar ironía, sorpresa, en oraciones exclamativas y dentro de figuras literarias tal y como es el caso de los diálogos.
Algunas reglas para hacer un buen uso de estos
- Como ya lo mencionamos, deben ser escritos al principio y al final, el de apertura con el punto hacia arriba y el de cierre con el punto hacia abajo: ¡Aburrido!
- Está permitido utilizar dos o tres signos de exclamación al principio y al final del enunciado para dar mayor énfasis a la exclamación: ¡¡¡Qué sorpresa!!!
- Después de cerrar una oración con signos de admiración, no se debe escribir punto, coma, punto y coma, dos puntos, etc.
- El signo de final de la exclamación entre paréntesis expresa sorpresa o ironía: Un joven de treinta y seis años (!) fue el ganador de concurso de composición.
- Cuando de vocativos al principio se trata (es decir, al llamar o invocar a una persona o cosa), estos se deben de escribir fuera de la pregunta o exclamación: Pepe ¡eres increíble!
- Dependiendo del objetivo, se pueden combinar los signos interrogación y admiración en la misma frase: ¡¿Volviste?!