El Magníficat, la proclamación de la Virgen María
Como parte de las diferentes oraciones católicas a las que tienen acceso los creyentes, El Magníficat se constituye como un hermoso y poderoso himno especialmente recomendado para acompañar las peticiones difíciles ya que se dedica más que nada a resaltar valores como la fe y la esperanza. Conocida también como La Magnifica, esta plegaria es evidentemente una de las más meritorias y significativas pues pocas veces se tiene acceso de manera tan directa a los pensamientos y sentimientos de la madre del hijo de Dios como sucede en este cántico.
Recitada en medio de la maternidad de María gracias a la inspiración proveniente del Espíritu Santo, la oracion de la magnifica es más que nada la proclamación de la grandeza de Dios por quien se define a si misma como su humilde sierva.
El poder la oración La Magnifica
De acuerdo a lo establecido en las escrituras, esta oración fue expresada por María en medio del encuentro con su prima Isabel, en una reunión que tuvo lugar en las montañas de Judea. Fue allí, cuando la virgen estando embarazada del Mesías e Isabel de Juan Bautista ocurre una proclamación que comparte los deseos de Dios para el hombre al tiempo que lo muestra como un ser misericordioso que en función del amor definitivamente puede cambiar las cosas.
Es así como se recomienda rezar el magníficat para tener el valor de afrontar los momentos complicados, adicionalmente se emplea para solicitar protección, para superar enfermedades y en definitiva para todo aquello que se cree inalcanzable.
El mensaje de la Magnifica
Cada una de las frases de esta oración se encuentra debidamente formulada para resaltar el amor que nos tiene el Santo Padre y para recordarnos su divinidad al igual que su gran preferencia por brindar ayuda a los menos favorecidos. De igual manera se deja ver también una especie de profecía en la que se anota que la exaltación hacia el Todopoderoso jamás tendrá fin.
Se resalta la importancia de la gratitud y de la humildad de corazón pues este es el ejemplo de María, igualmente se invita a alimentar el aprendizaje espiritual para que la fe sea algo inagotable que se fortalezca cada vez más. La promesa de la vida eterna para todo aquel que siga sus mandatos queda expuesta pues ingresar al reino de los cielos es el objetivo y sueño de todo aquel que se concibe como un verdadero católico.