Cuidados básicos y sencillos para tu piercing
Tal y como ocurre con los tatuajes, los piercings corresponden a una alternativa para expresar un toque artístico y por supuesto para reflejar arte y personalidad. De manera que considerando lo populares que son, en esta ocasión vamos a revisar algunos cuidados básicos y sencillos para tu piercing que sin lugar a dudas podrán ayudarte a que esta tendencia en ningún momento llegue a alterar el buen estado de salud.
Es de resaltar que por muy rápido que sea el procedimiento, el hecho de que un elemento extraño atraviese la piel es algo que implica de ciertas precauciones para no exponerse a infecciones o a una cicatrización inadecuada. Veamos entonces, unas cuantas recomendaciones que pueden asegurar una recuperación plenamente positiva.
¿Cómo cuidar un piercing para que sane bien?
- Higiene: antes de empezar a manipular lava muy bien las manos con agua y jabón. Luego de esto humedece la piel alrededor del piercing, con un bastoncillo de algodón, para ablandar las posibles costras que se hayan formado y posteriormente retirarlas sin esfuerzo. Procura no apretarlas ni arrancarlas cuando están secas, pues con ello se corre el riesgo de provocar una infección; lava bien la perforación con jabón neutro, aclara la zona con agua abundante, a continuación rocía suero fisiológico y finalmente seca con otro bastoncillo.
- Cicatrización: lo mejor es no retirar el piercing hasta que cicatrice completamente, las prendas ceñidas a la zona deben evitarse pues podrían causar irritaciones. Tampoco es adecuado acudir a piscinas o aplicarse alcohol ya que alteran negativamente este proceso.