La otitis externa: una infección del oído que causa dolor
La otitis externa es una infección por hongos o bacterias que se origina en la piel del conducto auditivo externo, a causa de la humedad que se concentra en esa área.
Al ducharnos, el agua entra por la cavidad auditiva que está protegida con cera (cerumen), sin embargo, cuando hay exceso de humedad ocurren ciertas alteraciones.
En este sentido, el cerumen deja de cumplir a cabalidad su función antibacteriana y antifúngica, formándose microorganismos perjudiciales en el tubo auditivo.
De igual manera, el uso de palillos de algodón para remover esta sustancia grasa, no es recomendable ya que también debilita la cera protectora.
Las bacterias que mayormente producen este mal, son las Pseudomona aeruginosa, Staphylococcus aureus, y hongos como la Candida.
Síntomas de la otitis externa o de nadador
Los síntomas de la otitis externa o de nadador, suelen variar ya que se contabilizan cinco tipos: la difusa, localizada, micótica, eccematosa y maligna.
Generalmente, los malestares que se producen por la infección ocasionan dolor e inflamación en el conducto auditivo externo, acompañados también de enrojecimiento.
Si la situación empeora, los afectados pueden sentir dolor en los oídos con cualquier movimiento, como por ejemplo, tragar alimentos.
Tres maneras de prevenir la otitis
En primer lugar, si sales del mar, piscina o de la ducha, asegúrate de secar los oídos inclinando la cabeza hacia un lado para sacar toda el agua.
Por otra parte, mastica chicle mientras viajas, pues esto te ayuda a reducir los efectos de la presión en los oídos cuando estás en el carro o avión.
Recuerda no usar los palillos de algodón constantemente, ya que la cera es fundamental para proteger el conducto auditivo externo de bacterias y hongos.